La cerveza es diurética, no contiene grasa y tiene un bajo aporte calórico, sólo unas 90 calorías por caña, menos que un refresco de naranja o un zumo de piña. Sin olvidar que el 90% de la cerveza es… ¡agua!. Y la cerveza sin alcohol aporta aún menos calorías, una caña de «sin» sólo tiene 28 calorías, por lo que puede consumirse en algunas dietas de adelgazamiento. ¿No es un buen aliciente para no rendirte?
La cerveza, además, al estar elaborada a base de cereales, aporta fibra soluble, por lo que puede complementar el aporte de fibra de otros alimentos. La fibra soluble evita el estreñimiento, está relacionada con una disminución del cáncer de colon y la reducción de la colesterolemia.
Una de las estampas más típica del verano es aquella en la que se ...