Desde hace miles de años, la cerveza es parte de nuestra historia, cultura y dieta mediterráneas. Por su sabor refrescante, su baja graduación alcohólica y su mínimo aporte calórico, esta bebida es la compañera ideal de una dieta sana y equilibrada.
La cerveza sin alcohol es aquella que contiene un máximo de 1% en volumen. En España existen cervezas de tipo cero (0,0% de alcohol) y otras que oscilan entre los 0,5º y los 0,6º. Estas mínimas trazas de alcohol, similares a las que poseen algunas frutas maduras, no tienen efecto sobre el metabolismo de la madre o el feto.
Debido a su gran contenido en ácido fólico, polifenoles, minerales y fibra, así como por su alta capacidad hidratante, la cerveza sin alcohol se presenta como una alternativa segura y saludable para mujeres en período de destación.
La cerveza sin alcohol es una fuente de ácido fólico, además de otras vitaminas del grupo B y compuestos fenólicos. El ácido fólico es una vitamina esencial para el mantenimiento de la vida celular y para el crecimiento y formación de nuevos tejidos. Esta vitamina se encuentra en la cerveza sin alcohol en cantidades comprendidas entre 1 y 10 microgramos/100 ml.
El consumo de cerveza sin alcohol durante el embarazo también aporta a la dieta minerales como el silicio, un elemento que ayudará al feto en los procesos de calcificación y posiblemente en la formación del tejido conectivo. La cerveza contiene aproximadamente 36 mg/l de silicio biodisponible.
Además, la fibra soluble contenida en la cerveza sin alcohol contribuye a la disminución de la hipercolesterolemis y evita el estreñimiento. Su consumo supone un 17% de la ingesta de fibra soluble de la dieta, siendo la bebida que presenta mayor aporte de fibra en nuestra dieta.
El alta contenido en agua de la cerveza sin alcohol (90%) la convierte en una bebida altamente hidratante.
No hay alimentos prohibidos, todo depende del uso que hagamos de ellos.
En la moderación está la virtud.
Una de las estampas más típica del verano es aquella en la que se ...