Desde hace miles de años, la cerveza es parte de nuestra historia, cultura y dieta mediterráneas. Por su sabor refrescante, su baja graduación alcohólica y su mínimo aporte calórico, esta bebida es la compañera ideal de una dieta sana y equilibrada.
Durante la vida se produce un equilibrio continuo entre oxidantes y antioxidantes pero, a medida que envejecemos, este balance se desplaza a favor de los oxidantes. Por tanto, es de suma importancia el consumo de alimentos ricos en antioxidantes naturales para contrarrestar estos efectos. Los antioxidantes retrasan el envejecimiento celular, disminuyen el riesgo de infarto y de enfermedades cardiovasculares, y tienen cierta capacidad en la prevención de determinados tipos de cáncer.
El estudio «Actividad antioxidante de la cerveza: estudios in vitro e in vivo», elaborado por la Universidad de Burgos y la Universidad de Valencia, señala que la cerveza cuenta con una estimable cantidad de antioxidantes naturales que, debido a su poder de capturar radicales libres, previenen el deterioro oxidativo de los alimentos y perturbaciones de la salud.
Un compendio de las conclusiones a las que han llegado prestigiosos expertos de todo el mundo permite enumerar las siguientes cualidades beneficiosas de un consumo moderado de cerveza:
La cerveza puede considerarse una bebida alimento, natural y saludable. No contiene grasas.
La cerveza es una bebida refrescante, tónica y rica en extractos naturales que la convierte en un buen aperitivo porque estimula las papilas degustativas y abre el apetito.
La cerveza cumple todos los requisitos higiénicos, debido a que no es posible que en ella se desarrollen microorganismos patógenos. La presencia de alcohol, de sustancias amargas y de componentes fenólicos tienen un efecto beneficioso.
El consumo moderado de cerveza, al contener alcohol, disminuye la retención de agua y es un excelente diurético, disminuye la excitabilidad y facilita la relajación.
La cerveza se digiere fácilmente. Sus componentes se absorben y asimilan fácil y rápidamente por el organismo.
No hay alimentos prohibidos, todo depende del uso que hagamos de ellos.
En la moderación está la virtud.
Una de las estampas más típica del verano es aquella en la que se ...